sábado, 13 de abril de 2013

Parafina



Un contrapunto absurdo en mi manera de no pensar
Automáticamente te rompo la retina
y de una patada en el cráneo me deshago entre las flores.

Cada átomo que se rompe se va sin decir nada
cada pulga en la piel salta cargada de sangre
cada metro en el asfalto se arrastra frío, a las once de la mañana.

Hoy hace calor, pero tengo frío
y la sed no se sacia.

Campo abierto, riachuelo
yo nunca tuve juguetes
cielo infinito, ventisca
siempre hubo grietas en mi lienzo gris.

Podría haber elegido otro día para caminar bajo el sol, pero hoy era el único en el que mis labios sellados avanzan tranquilos por la corriente agitada. Excesivamente agitada.



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