lunes, 14 de marzo de 2016

Arenisca



Y yo, como una niña tonta, 
preguntaba cosas que ya sabía.
Y yo, como una niña errática,
ponía excusas a mi lento caminar.

Se me agolpan los solsticios en la memoria
y estallan, en pequeñas explosiones.

Pierdo el tiempo, 
pero gano en escritura.

Porque… parece que ha vuelto.

Así que no dejaré de coger autobuses que no llevan a ninguna parte.
A alejarme del mundo más.

Porque soy agua y no estoy en ninguna parte.
Del jarro al suelo,
de la garganta al río.

De la nube al vaso…

y puede que ni haya vuelta.