domingo, 20 de febrero de 2011

Camino



La madre del minotauro se come tus pesadillas
y, sabes qué?
Se queda con hambre

Con una fresa gigante en mi boca y una minúscula entre mis dedos desperté
"Ganancias sustanciosas y placer en su vida."
Falacias.
Desayuné una rebanada de tensión por ser lo único que quedaba en el aire
mis bostezos en mañanas como aquella se pueden contar por miles.
Masticaba lentamente y se me ocurrió que no me vendría mal una transfusión de rojo carmín,
porque me caigo a cachos
porque ya queda menos en la cuenta atrás,
porque dicen que ya no somos lo que éramos, estelarmente,
pero descamarme a esta velocidad...
sólo puede significar que sigo siendo un pez, dos,
cada día más.

"Aquello que para la oruga es el fin del mundo, para el resto del mundo se llama mariposa"

miércoles, 16 de febrero de 2011

Amanecido lívida



Días de furia tenemos cualquiera
lo pagó el colchón, después el somier y esta mañana mi pie
Pero me sigue trepando las amígdalas y no consigo hacerlo huir.
Me puede enfurecer tanto compartir coordenadas con las avispas?
Que se la lleven bajo la piel, y se la ofrezcan a la reina
Me pueden asustar tanto quince pasos en la semioscuridad?
Empapelaré mis paredes, las vigas, huesos de pollo
Hacía mucho tiempo que no me quemaba bajo la lluvia
ni me agarraba con pinzas los labios para repartir justicia
y no lo consigo
me quedo boqueando en un charco de aceite
con los ojos entornados
y la emoción pisándole los talones al intelecto.

viernes, 11 de febrero de 2011

Anomia ferropénica



Me duele la cara y no de ser tan guapa,
doy patadas para no desintegrarme.
Se busca bigote interesante y una buena escofina.
No quiero hermandades ni vivir mejor para qué
aspiro, suspiro y fagocito.
Por las noches pesadilla y de día resquemor,
son las sobras de costillas que no se comieron ayer.
Claro que me duele la cabeza,
y tampoco siento los pies
y si no levanto los brazos es porque tengo la columna al revés,
al igual que mis sentidos,
al igual que mis nociones,
al igual que las manchas de cal que de un tiempo a esta parte han venido a adornar mi vida.

viernes, 4 de febrero de 2011

En precario equilibrio



Murió borracha de trementina y moho,
escuchando la insistente llamada de la lluvia en su ventana.
En su lecho de muerte encontré una hoja seca,
sobre su cuerpo brillaba el sol.
La autopsia me contó que detestaba los colores pardos
y que su padre pintaba feo.
Le gustaban los muchachos sonrientes,
beber sin control y a deshora,
robar los testimonios enredados en el manicomio
y sacar a pasear su fingida ignorancia al sol.