miércoles, 26 de junio de 2013

Palabras podridas


Ocurre que todas las playas parecen iguales,
que la sal que se enreda en mi pelo es la que no me cabe en los ojos.

Que me agarro a una roca que me anestesia las manos
y en la punta de mi lengua se amontona la arena,
pero sigue remando,
sigue remando que si no, no nos alejaremos de la playa jamás.

Jamás otra igual,
porque ahora tiro al monte.

Y me río entre las cabras, con pupila vertical.


lunes, 3 de junio de 2013

Estado de excepción (cítrica)



Cuando hordas de réplicas mentales de ti mismo amenacen con pasar por encima de ti,

lánzales el cadáver de una réplica fallida

es de lo que se alimentan.

domingo, 2 de junio de 2013

257


A Nancy se le rompía el alma en pedazos mientras veía tras la reja un gorrión saltando
volando de miga en miga,
quedando casi atrapado en un vaso de poliestireno añejo.

Mientras tanto, Candy no conseguía llorar porque se hacía inexorablemente mayor.
Ya no era tiempo de excusas.
El plan que tenía entre manos estaba diseñado para un fracaso seguro.
Y con él entre las manos, no conseguía llorar.
Apoyaba lánguida la cabeza en cualquier parte y se dejaba mecer, dormir, desenfocar.

A Nancy, a veces, la fuerza de la gravedad le tiraba en horizontal.

A Candy se le condensaba la humedad del ambiente en las paredes de su estómago de cristal.