sábado, 16 de marzo de 2013

Sierra



Me respiro, me exhalo, me carraspeo y me lagrimeo
No quiero fresones más que de mayo
Y me escurro bajo las piedras como la lluvia que ha dejado de caer

Sigo pelándome los labios,
sigo tirando de metáforas mal calibradas en un mar de ruido que no me deja pensar.

Pero ahí está el café, y el sol incipiente,
y las ratas bajo mis pies, se estremecen conmigo.
La tectónica de mis dientes augura maremotos,
anhelo

un poco de sol.

Mis ecos existirán mañana porque aquí no tienen cabida.

1 comentario:

  1. ecos eternos han de expandirse infinitamente.Más alla de nosotros mismos.El sol seguira ( sigue ) saliendo cada dia.

    ResponderEliminar