miércoles, 30 de marzo de 2011

This is what you should fear



_Lloras, mi querida niña estúpida?
_No
_No mientas, te estás restregando los ojos.
_Es que me duele
_¿Qué es lo que te duele?
_... Mirar

Y según miraba se iban rajando las medias de la señora que se sentaba a su lado. Y el borracho que tenía yo al lado empezaba a cabecear, murmurando incongruencias.
Y tal era la gravedad de sus pequeñas emociones que no me hubiera extrañado que despertásemos todos ocho días después intentando despegar nuestras ropas del suelo.
Despertaríamos desnudos y aturdidos, tal y como vinimos al mundo.
Yo me mofaría de la barriga prominente del tipo que ahora me mira de reojo. Y él, enfurecido, me intentaría quitar el monóculo; que no estaría en el suelo, puesto que conozco a mi querida niña como cada uno de los pelos de mi caótico bigote, y la cuenca de mi ojo derecho tiene más fuerza que su pesar.

No sé en qué momento decidió mi dulce niña desdoblarse en mí, ni en qué momento decidí yo desdoblarme en ella. Antes éramos un solo ser. Pero nunca logro recordar si éramos yo o ella.

1 comentario: