martes, 19 de noviembre de 2013

Leucina encefalina


¿Qué naufragios son estos que no los entiendo?

Que desde que retornó la sangre a la corriente se estremece todo demasiado y a la vez
se derriten los terrones de azúcar y se quedan negros entre los dedos, entre los resquicios de la sartén.

Se desatan los caminos azules ante la inminencia del amanecer. Y los semáforos, todos en rojo. Y vaho por la boca constantemente, y mis propias pisadas en las orejas, amortiguadas por la absoluta carencia de ausencia.

Que se desborda. Que se abrió la llave de paso y no hay quien pueda con el óxido.

Y lo único que hacen mis dedos es sangrar,
pero no consiguen doler, y tampoco curar
y todo vuelve a empezar
y tal vez haya que cambiar de rumbo

derrumbarse por las escaleras de incendio y zambullirse en un ácido paisaje,
que esta vez espero, no me haga llorar.


2 comentarios:

  1. opiaceos endogenos, curiosa poetica. Y llorar desahoga , como la poesia. Mezcla analgesica ?

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  2. ala ala! cuánta droga! opiáceos?
    pero analgésicos naturales muchos

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