sábado, 5 de mayo de 2012
Ibuprofeno 600
Nancy Fawles yacía boca arriba en su habitación. Líneas discontinuas aparecían y desaparecían sobre su techo. Había dedicado el día a descorchar botellas sin beberlas. Aún no le gustaba el amargo sabor de la adultez. Y no tenía prisa por apreciarlo. ¿O sí?
Candy Fawles había hecho prosperar tanto ingresos como fuentes, modos. Vendía amaneceres fantásticos a precios que volaban lejos de la humillación. Nanas que llevaban a un sueño profundo que rozaba la muerte, a precios que flotaban por encima del bien y del mal. A pesar de la velocidad que proporcionaban los cables, ella prefería utilizar los dedos. Mojar y arrastrar. Que cada gesto equivaliese a dar un paso en el camino deshecho. Que cada dígito fuese una caricia o un socavón, y no una mera prueba del crimen aún sin cometer.
Ambas se encontraban unidas esa noche por un fuerte dolor de cabeza. Una fotofobia aguda que no curaría hasta la noche siguiente. Nancy Fawles tenía migrañas. Candy Fawles resaca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que pasaria con el Diazepan?.. esto se pone interesante.
ResponderEliminarCon Diazepan... Nancy se volvería loca, Candy no lo sé
Eliminarespectativo a los acontecimientos pues. ya tenemos varios datos para configurarles aspecto concreto a estos personajes...creo.
ResponderEliminarah , se me paso. Entiendo que la pintura es un referente a ellas. espero no equivocarme.
ResponderEliminaren realidad... no XD
Eliminarsólo que quedaba bien, porque sí son dos personas femeninas, pero nada más