martes, 20 de septiembre de 2011

El sentido de la vista



Son las 4 de la mañana y huele a podredumbre de fondo de cubo. A orín oxidado, a callejón deflorado, a extensión de conversación mohosa ya. Gotea la bolsa y se desintegra despacio la carne, desprende calor y no llega a caerse, nunca. Se funde con el suelo cuando lo toca, y ya no es lo que solía ser. Se banaliza a sí misma y... se pierde.

Son las 10 de la mañana y huele a canela en té, en rama, en polvo. Polvo espolvoreado en galleta, en galleta cuadrada, rectangular, cuadrilátera sin lugar a dudas. Niebla en el pecho y respiración profunda, diafragma a punto, no de estallar, sino de despertar. De salir de un letargo de horas que parecieron años.

Son las seis de la tarde y huele a chuche. A golosina si lo prefieres, a fruta del bosque en definitiva. Que no llega a refrescar porque se enreda, como el pelo entre los dedos, no hablo ya de entre las púas. La golosina camina en una rima infantil, como en la cuerda floja, en equilibrio, en alivio, en tensión. Se relame los labios con saña y suspira.


2 comentarios:

  1. Sra. Dera. Siento lo de l problema dialectico ( a mi me pasa y me crispa con el ingles) . creo que hay la posibilidad de traducirlo automaticamnete aunque a veces se pierde mucho sentido y micatalan emplea dialectalismos menorquines en este caso.
    De cualquier manera es un placer compartir y aprender.
    ( suelo seguir a su amiga K.e.r.o,aunque no este agregado ,es interesante su vision ).

    Hasta la proxima y gracias. salute i amor

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