lunes, 31 de mayo de 2010

ceNtigramo seriE


Habíamos llegado a un punto en el que la sangre se coagulaba bajo sus pestañas, adquiriendo la textura de una yema de huevo.
_Es inútil_ dijo _ me duele la vida.

Habíamos llegado a un punto en el que le empecé a explicar el placer que sentía cuando pintaba con el estómago vacío, rugiente. Cómo las pinceladas se volvían más vigorosas, más precisas.
Hasta que volvió la cabeza, y llena de tedio, me dijo:
_ Ahora mismo vomitaría agusto sobre todos vosotros. Vomitaría hasta que lo único que me quedara en la boca fuera un triste rastro de bilis.

Habíamos llegado al punto en el que un dulzor inexplicable se extendía por mi lengua. La taquicardia me atacaba, y me notaba desfallecer.
_Creo que ahora entiendo lo que querías decir..._ y escupió, fallando hábilmente el blanco de mi cara.



1 comentario:

  1. Creo que tengo suerte... cada vez que visito tu blog me encuentro con letras bizarras... otro gran texto...!!

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