Descuelga el cosmos entre tus manos,
y sincérate en la oscuridad.
Tengo las manos ardiendo, la cara helada
y el pecho a una temperatura muy rara.
Desde el asiento más inestable observo el parpadear de las luces hechas halos
aquí falta energía, aquí se han fundido los plomos.
El retorno a la naturaleza, me lo han robado
un solitario a mi izquierda, y a mi derecha una estridencia rancia.
Cuando me deshaga de las telarañas que rodean mi traquea
me entregaré con más ahínco a lo que he estado dejando a medias.
Cuando deje de despertar con una lija entre los dientes
me sorprenderé, os sorprenderé.
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"_Me cago en la Virgen María_ dijo con furia_. Me cago en Dios."
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