sábado, 20 de julio de 2013
Es ya una locura
Ya no existe el hambre para el que perdió el humor.
El hambre salvaje que movía el mundo.
El que rellenaba los huecos con olas azules, furiosas.
Todo ha quedado en salas blancas sin pátina,
sin azul de Alejandría
y contándoles mentiras a los que llegaron tarde
se escabulle uno del futuro incierto
lanzando garbanzos desde la azotea
nos sentamos para recordar las primeras aventuras,
que entre el humo y los vasos con posos de ayer
se quedan ahí arriba,
se quedan entre las tejas, entre las parabólicas
se quedan entre rejas, haciendo escala
para siempre.
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